Hace dos meses sufrimos los efectos de una borrasca llamada Bernard, que tocó tierra en forma de ciclón tropical. Los destrozos se hicieron notar en todo nuestro pueblo con la caída de árboles, vallas, paredes, contenedores de basura, etc.
El caso es que la mayoría de los destrozos están arreglados: la limpieza del Mirador de La Muela, por ejemplo, fue lenta, pero efectiva. Actualmente, nada hace sospechar que por aquí pasó un ciclón, salvo por ciertas vallas abandonadas.
Concretamente, estamos hablando de unas vallas que protegen la acera de la posible caída del cercado de la piscina municipal. Estas vallas continúan colocadas dos meses después sin que nadie haya movido un dedo por solucionar el problema. Hoy podemos decir que están abandonadas en la acera y que, por consiguiente, ello representa un doble peligro para las personas que pasan por allí: no solo el hecho de que estén abandonas y sueltas sin ningún tipo de anclaje, sino también el riesgo de que el cerco perimetral de la piscina caiga sobre la acera, un vehículo o una persona.
Estas vallas se suman a otras dos que están en la calle Sol, frente al Mirador de La Muela, que cortan la acera en dos puntos, y llevan ahí casi dos meses, sin que nadie haya puesto solución al problema.
¿A qué espera la Delegación de Vías y Obras para dar solución a los últimos destrozos provocados por el ciclón de hace dos meses? ¿Va a esperar a que haya un problema mayor?
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