Manifiesto del Primero de Mayo de 2013

1ro de mayo de 2013 | 264 lecturas

Ahora más que nunca, cuando el paro asciende a más de 6.200.000 personas, cuando se están realizando recortes y más recortes en dependencia, servicios sociales, sanidad, educación, cuando están destruyendo nuestra sociedad a base mal gobernar, a base de mentiras y falsedades, cuando la corrupción está alcanzando cotas inimaginables, la clase trabajadora tenemos que permanecer unida, por el bien común.

Como es tradición nos encontramos hoy, Primero de Mayo, reunidos para celebrar el Día Internacional de las trabajadoras y los trabajadores. Día en que todos y todas nos orgullecemos de pertenecer a una clase luchadora que intenta no arrodillarse ante nada ni ante nadie.

A pesar de que a lo largo de la historia el poder establecido a intentado acallar nuestras voces, ni lo han conseguido antes ni lo van a conseguir ahora. Porque los trabajadores y trabajadoras no abandonaremos nuestra lucha. Estamos atravesando una voraz crisis que nos lleva irremediablemente hacia a otra etapa, un momento histórico de cambio de sistema.

Porque es una crisis del sistema capitalista, para el que somos mercancía. Es una crisis del modelo productivo al que nos han inducido desde Europa para asfixiarnos lentamente. Es una crisis de valores y de la democracia donde se ha desvirtuado nuestro poder como pueblo soberano con casos de corrupción en todos los estamentos del poder.

Donde el bipartidismo y sus políticas se han deslegitimizado porque no pueden dirigir nuestro país, porque ni nos respetan ni nos amparan sus políticas obligadas a rendir pleitesía a la troika.

Y mientras eliminan nuestros derechos en sanidad, educación o justicia, ellos lapidan el dinero publico recaudado a través de nuestros impuestos. Vivimos en un país donde a la ciudadanía nos culpan de esta crisis y recae sobre nuestras espaldas la responsabilidad de sacarles de ella. Es doloroso recordar que tenemos mas de seis millones doscientas mil personas desempleadas y mas de dos millones no reciben ningún tipo de ingreso o ayuda.

Siendo Andalucia una de las comunidades mas castigadas por esta lacra. Los jóvenes en general y las mujeres en particular somos las mayores dagnificadas por este abismo llamado paro o en el mejor de los casos precariedad laboral.
Las ultimas reformas laborales, de un hachazo, han terminado con logros conseguidos durante años, como el derecho a huelga, casi lapidado, los convenios colectivo, el abaratamiento del despido, han alargado la edad de jubilación, etc. Todo ello hace que seamos el país donde se ha destruido mas empleo y donde el salario mínimo interprofesional es mas bajo y encima las que estamos trabajando para conservar el puesto hemos de consentir las mayores injusticias.

Todas estas políticas han condenado a una de las generaciones mejor preparadas de Europa al ostracismo, creciendo cada día el numero de emigrados.

Tampoco hemos de olvidar en un día como hoy, a las inmigrantes que llegaron a nuestro país persiguiendo un sueño, a veces que les costo la vida, un sueño que se ha tornado ahora pesadilla siendo la única salida un triste y frustrante viaje de regreso.

Por todo esto hemos de rebelarnos porque se ha peleado mucho, no callarán nuestra conciencia obrera. Todas y todos unidos reencontraremos la senda del progreso sin renunciar a uno solo de nuestros derechos. Porque hay ejemplos de políticas que avalan nuestro proyecto de que otro mundo es posible y que demuestran que los derechos sociales, el estado de bienestar y la sostenibilidad del ecosistema no están en venta.

Otra forma de gobernar si es posible.

Porque todo ser humano, amparado por la Constitución y la Declaración de los Derechos Humanos, es igual a sus semejantes y como tal tiene los mismos derechos y deberes fundamentales, debe existir la justicia social y por ella lucharemos hasta el fin.

Por nosotras y por las generaciones venideras. ¡Andaluzas, pedid tierra y libertad!