Intervención de Francis Wurtz, presidente del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE) en el debate en el que el Parlamento de la UE ha condenado el franquismo. El PP de Europa no ha respaldado esta condena.
Señor Presidente, nuestro Parlamento asume plenamente su función al celebrar este acto solemne de condena de la sublevación militar por parte del general Franco, que provocó la guerra de España el 18 de julio de 1936, hace 70 años.
El aplastamiento de la joven República concierne a toda Europa por varias razones: Porque los golpistas de 1936 sólo pudieron vencer al Frente Popular con el apoyo decisivo de la Italia fascista y la Alemania nazi, que en España experimentó por primera vez su futura técnica de guerra-relámpago contra Francia. Y porque Guernica fue el primer ejemplo en la Historia, de la matanza de civiles por bombardeos aéreos masivos, un modelo terrorífico que posteriormente se aplicó durante la Segunda Guerra Mundial.
Además, Europa debe reflexionar sobre aquellos años sombríos, entre 1936 y 1939, cuando las democracias vecinas abandonaron la República Española a su propia suerte. La no intervención de 1936 preparó el Pacto de Munich en 1938 que llevó el continente al desastre a partir de 1939. Y cabe igualmente denunciar la complaciente indiferencia de los líderes europeos y occidentales en general, con el régimen franquista después de la guerra, cuando Franco se inclinó hacia el “campo del bien contra el imperio del mal”.
Una última razón explica la dimensión europea de la tragedia española: la corriente de solidaridad sin parangón que suscitó la República tanto entre los obreros y sectores populares como en los intelectuales más eminentes, de la que dieron testimonio unos 40.000 voluntarios de las Brigadas Internacionales, procedentes de unos cincuenta países.
A la inversa, miles de republicanos participaron en la Resistencia francesa contra la ocupación nazi. Entre ellos, fueron numerosos los que participaron en la liberación de París en agosto de 1944, bajo la dirección del general Henri Rol-Tanguy, y en la liberación de Estrasburgo, en noviembre del mismo año, en el Ejército francés del general Leclerc.
La conciencia europea no sería la misma sin el sufrimiento inenarrable de las víctimas del franquismo, sin el coraje intrépido de los resistentes españoles y sin el impulso internacional de solidaridad con la joven República Española. ¡Que nuestro Acto solemne rinda a todos ellos el homenaje que merecen!.
Bruselas, 4 de julio de 2006.-
Sus comentarios
Seguir los comentarios: |